El Mundo del Café: Explorando los Métodos del Café Natural y Lavado

El Mundo del Café: Explorando los Métodos del Café Natural y Lavado

En el universo fascinante del café, dos métodos de procesamiento se erigen como protagonistas: el café lavado y el café natural. Cada uno, con su propia historia y tradición, nos brinda un viaje sensorial único a través de sabores y aromas cautivadores. Acompáñanos en este recorrido para descubrir los secretos que se esconden detrás de estas dos opciones excepcionales.


El café natural: un torbellino de sabores intensos y aromas complejos

El café natural, también conocido como "seco" o "sin lavar", nos remonta a los orígenes mismos del procesamiento del café. En este método tradicional, las cerezas de café se secan al sol con su fruto intacto, permitiendo que la pulpa y el mucílago se fermenten junto al grano. Esta fermentación natural, sin la intervención del agua, imparte al café un carácter único y distintivo.

Durante el secado, que puede extenderse de 10 a 20 días, los azúcares presentes en la pulpa se caramelizan lentamente, otorgando al café notas frutales, especiadas e incluso vínicas. La complejidad de este proceso, influenciado por factores como el clima, la altitud y la técnica de secado, da como resultado un café con un perfil de sabor impredecible y lleno de sorpresas.

Al degustar un café natural, nos encontramos con una explosión de sabores intensos y complejos. Su acidez, generalmente más baja que la del café lavado, se ve matizada por notas frutales que van desde bayas rojas hasta frutas tropicales. Acompañando este torbellino de sabores, un cuerpo denso y aterciopelado envuelve el paladar, creando una experiencia sensorial rica y gratificante.


Las etapas del proceso: café natural.

  1. Cosecha y selección:
  • Se recolectan las cerezas de café en su punto óptimo de maduración, un rojo intenso y uniforme.
  • Se seleccionan cuidadosamente las cerezas sanas y maduras, descartando las dañadas o inmaduras.
  1. Secado:
  • Las cerezas se extienden sobre patios de secado o camas africanas, exponiéndolas al sol durante 10 a 20 días.
  • Durante el secado, el mucílago fermenta y se carameliza, aportando al café sus características notas frutales y especiadas.
  • Es crucial un secado uniforme y constante para evitar la formación de moho o sabores desagradables.
  1. Despulpado y trillado:
  • Una vez secas, las cerezas se despulpan para eliminar la cáscara y el mucílago seco.
  • Se trilla el café para separar el grano pergamino de la cáscara.
  1. Beneficiado:
  • Se elimina el pergamino y se pule el grano para obtener el café verde listo para tostar.
  • Se clasifica el café por tamaño y calidad para asegurar un producto homogéneo.
  1. Tostado:
  • El café verde se tuesta al gusto del consumidor, lo que determina el perfil final de sabor y aroma.

Factores que influyen en el sabor del café natural

  • Variedad de café: Cada variedad tiene características propias que se ven afectadas por el proceso natural.
  • Clima y altitud: Las condiciones climáticas y la altitud del terreno donde se cultiva el café impactan en el desarrollo de la cereza y el proceso de secado.
  • Técnica de secado: El tiempo de secado, la temperatura y la exposición al sol influyen en el sabor final del café.

El café natural: Un sabor único para los amantes del café:

  • Sabor intenso: El café natural se caracteriza por un sabor más intenso y complejo que otros tipos de café.
  • Acidez vibrante: Presenta una acidez natural más pronunciada, que aporta frescura y equilibrio al sabor.
  • Cuerpo aterciopelado: Su cuerpo es generalmente más denso y aterciopelado, con una textura suave y cremosa.
  • Aromas frutales y especiados: Predominan aromas a frutos rojos, especias, caramelo y a veces notas vínicas.

Si buscas una experiencia sensorial única y llena de sabor, el café natural es una excelente opción. Su proceso artesanal y sus características distintivas lo convierten en un café apreciado por los paladares más exigentes.


El café lavado: una experiencia sensorial refrescante

El café lavado, también conocido como "beneficiado húmedo", se caracteriza por su proceso meticuloso que inicia con el despulpar las cerezas de café, liberando el grano de su cáscara protectora. A continuación, los granos se sumergen en tanques de agua para iniciar un proceso de fermentación natural, donde la pulpa que los rodea se descompone, liberando azúcares y aromas complejos. Una vez finalizada la fermentación, los granos se lavan rigurosamente para eliminar cualquier residuo, resultando en un café limpio y brillante.

El secado, etapa crucial en este proceso, se realiza con cuidado y precisión, ya sea bajo el sol radiante o en secadoras mecánicas controladas. Durante este tiempo, los granos absorben los últimos toques de sabor y aroma, preparándose para su encuentro final con el tostado.

En la taza, el café lavado se presenta con un perfil de sabor definido por su acidez vibrante y refrescante, que recuerda a frutas cítricas, flores delicadas e incluso toques de chocolate. Su cuerpo, generalmente ligero y fluido, permite que estos sabores brillen con intensidad, creando una experiencia sensorial limpia y equilibrada.

 

Las etapas del proceso: café lavado.

  1. Despulpar y fermentar: Las cerezas se despulpan para remover la cáscara y se fermentan en tanques de agua por 12 a 48 horas.
  2. Lavado: Se lavan los granos para eliminar la pulpa fermentada y el mucílago, creando un café más limpio y brillante.
  3. Secado: Los granos limpios se secan al sol o en secadoras mecánicas hasta alcanzar la humedad adecuada.
  4. Trillado y beneficiado: Se elimina el pergamino y se pule el grano verde para su posterior tostado.

 

Diferencias clave en el proceso:

Característica

Café natural

Café lavado

Despulpar

Después del secado

Antes de la fermentación

Fermentación

En la cereza entera

En grano despulpado

Lavado

No se realiza

Se lavan los granos fermentados

Secado

Al sol con la pulpa

Al sol o en secadoras, sin pulpa

 

Resultado en la taza:

  • Sabor: El café lavado generalmente tiene un sabor más limpio, brillante y ácido, con notas cítricas, florales y a veces a chocolate. El café natural, por otro lado, presenta un sabor más complejo, intenso y con notas frutales, especiadas y a veces vínicas.
  • Acidez: El café lavado tiende a tener una acidez más pronunciada y vibrante, mientras que el café natural suele tener una acidez más baja y matizada.
  • Cuerpo: El café lavado generalmente tiene un cuerpo más ligero y fluido, mientras que el café natural puede tener un cuerpo más denso y cremoso.
  • Aromas: El café lavado destaca por aromas cítricos, florales y a chocolate. El café natural se caracteriza por aromas frutales, especiados y a veces vínicos.

 

En resumen

  • El café lavado: ofrece un sabor limpio, brillante y ácido, ideal para quienes disfrutan de cafés con mayor acidez y un cuerpo ligero.
  • El café natural: brinda un sabor complejo, intenso y con notas frutales, perfecto para los amantes de cafés con mayor cuerpo y sabores más exóticos.

La elección entre café lavado y café natural es un viaje personal hacia las preferencias de cada paladar. El café lavado, con su acidez vibrante y sabores cítricos, es ideal para quienes buscan una experiencia limpia y refrescante. Por otro lado, el café natural, con su complejidad de sabores y aromas intensos, cautiva a los amantes de las experiencias sensoriales audaces y llenas de sorpresas.

En definitiva, tanto el café lavado como el café natural son expresiones excepcionales del universo cafetalero. Cada taza nos invita a descubrir un mundo de posibilidades, a explorar la historia y tradición de su procesamiento, y deleitarnos con la riqueza de sabores y aromas que solo el café puede ofrecer a los paladares más exigentes.

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